EL OJO INTERIOR
AUTO OBSERVACIÓN
El ojo interior no está limitado;... podemos organizar nuestra facultad
visual en el espacio superior, y... podemos formar conceptos de realidades en
este espacio superior, tal como lo podemos en nuestro espacio corriente.
Y esto proporciona la infraestructura para la percepción y el
estudio...
Con referencia a las cosas superiores de la vida parecemos niños ciegos
y azorados.
Sabemos que somos miembros de un solo cuerpo, miembros de una sola vid;
pero no podemos discernir, excepto por el instinto y el sentimiento, qué es el
cuerpo, qué es la vid...
La naturaleza consiste en muchas entidades en cuya aprehensión nos
empeñamos.
Con esta finalidad,
dice Hinton, primero que todo debemos introducir en la mente conceptos nuevos y unificar vastos campos de
observación bajo una sola ley común.
La historia real de
nuestro progreso intelectual radica en
el crecimiento de estos conceptos nuevos.
Y... cuando se forma el concepto nuevo, se descubre que es muy simple y
natural.
Nos preguntamos qué hemos ganado; y respondemos: Nada; simplemente,
hemos quitado una limitación evidente...
Puede plantearse esta pregunta:
¿De qué modo entramos en contacto con... seres superiores en la
actualidad?
Y evidentemente la respuesta es: De
aquellos modos en los que tendemos a formar uniones orgánicas: uniones en las que las actividades de los individuos se
unen de un modo vivo.
La coherencia de un imperio militar o de una población
subyugada, que no presenta un núcleo natural de crecimiento, no es una a través
de la cual debamos esperar crecer en contacto directo con nuestros destinos
superiores.
Pero en la amistad, en las asociaciones voluntarias, y sobre todo, en
la familia, tendemos hacia nuestra vida mayor...
Tal como para explorar las distantes estrellas de los cielos, es
necesario un particular ordenamiento material que llamamos telescopio, así para
explorar la naturaleza de los seres que son superiores
a nosotros se necesita un ordenamiento
mental.
Debemos preparar nuestra facultad pensante así como preparamos una extendida
capacidad visual.
Queremos una estructura desarrollada dentro del cráneo con una
finalidad, mientras que un telescopio exterior servirá para la otra.
Esta animación del
universo avanza en las direcciones más variadas.
Este árbol es un ser vivo.
El abedul en general
— la especie— es un ser vivo.
Un bosque de abedules
es también un ser vivo.
Un bosque que
contenga diferentes clases de árboles, césped, flores, hormigas, escarabajos,
pájaros y animales, es también un ser vivo, que vive por la vida de todo lo que
lo compone, que piensa y siente por todo lo que va a constituirlo.
Esta idea se expresa
de modo interesantísimo en el artículo de P. Florensky "Raíces del
idealismo común a toda la
Humanidad " (Theological
Messenger, 1909, II).
¿Hay muchas personas para quienes un bosque no es meramente un
sustantivo colectivo y una personificación retórica, o sea, una ficción pura, sino algo que es
único y vivo?...
La unidad real es la de la autoconsciencia...
¿Hay muchos que reconocen a la unidad de un bosque, o sea, al alma viva
del bosque como una entidad — el espíritu
de los bosques, el Oíd Nick?
¿Consentís en reconocer a las ondinas
y a los duendes de las aguas —a las almas del elemento acuático?
La actividad vital de
seres compuestos como los bosques no es la misma que la actividad vital de especies individuales de plantas y
animales, y la actividad vital de la especie
no es la misma que la actividad vital de individuos separados.
Para ser más exacto,
la diferencia de funciones expresada en diferente actividad vital apunta a las
diferencias en la vida mental de los diferentes "organismos".
La actividad vital de
una hoja de abedul separada está,
naturalmente, de modo infinito, debajo de la actividad vital de un árbol; la actividad vital de un árbol
no es la misma que la de una especie; y la vida de una especie no es la misma
que la vida de un bosque.
Las funciones de
estas cuatro "vidas" son totalmente diferentes, y sus inteligencias
también deberán ser, pues, correspondientemente diferentes.
La inteligencia de
una célula individual del cuerpo humano debe ser tan inferior en comparación
con la inteligencia del cuerpo, o sea, la "mente física del hombre",
como su actividad vital es inferior en comparación con la actividad vital de
todo el organismo.
Así, desde cierto
punto de vista, podemos considerar al noúmeno de un fenómeno como el alma de
ese fenómeno; en otras palabras, podemos decir que el alma oculta de un
fenómeno es su noúmeno.
El concepto del alma de un fenómeno o del noúmeno de un fenómeno incluye la vida y la
consciencia, y sus funciones en secciones del mundo incomprensibles para
nosotros: cuya manifestación en nuestra esfera constituye un fenómeno.
La idea de un universo
animado conduce inevitablemente a la idea del "Alma del Mundo" — un
"Ser" cuya manifestación es el universo visible.
La idea del
"Alma del Mundo" la entendieron muy pintorescamente las antiguas
religiones de la India.
El Bhagavad Gita. poema místico, da una
maravillosa imagen de Mahadeva, o
sea, el gran Deva. cuya vida es
nuestro mundo.
Krishna.
Y Krishna explicó su doctrina a sus discípulos... gradualmente los
elevó a las verdades sublimes que se le abrieran en el relampagueante destello
de su visión.
Cuando habló de Mahadeva, su voz asumió un tono más serio, y su
continente se iluminó.
Un día, vencido por la curiosidad, Arjuna le preguntó osadamente: —
Muéstranos a Mahadeva en su forma Divina. ¿Nuestros ojos podrán contemplarlo?
Entonces, Krishna... empezó a hablar del Ser que alienta en todos los
seres, de cien mil formas, incontables ojos, y rostros que se vuelven en toda
dirección, quien sin embargo los supera a todos por la altura misma del
infinito; quien en su cuerpo inmóvil e ilimitado abarca al universo móvil con
todas sus divisiones. "Sí el esplendor de mil soles fuera a estallar
simultáneamente en los cielos", dijo Krishna. "tendría tan sólo un
débil parecido con el esplendor del Todopoderoso único.
Y al Hablar así de Mahadeva, un rayo tan esplendoroso refulgió de los
ojos de Krishna que los discípulos no pudieron soportar su brillo y se
prosternaron a sus pies.
Los pelos de Arjuna se erizaron, y con la cabeza inclinada y las manos
Juntas, dijo: Maestro, tus palabras nos aterrorizan, no podemos soportar la
vista del gran Ser que has convocado ante nosotros.
Ouspensky
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