EL PODER DE
LAS IDEAS
LA
OBSERVACIÓN DE SÍ no puede acrecentarse sin la ayuda de LAS IDEAS DEL TRABAJO.
Afortunadamente,
la Enseñanza del Trabajo nos procura MUCHOS ÁNGULOS desde los cuales es posible
observarse a sí mismo.
No es posible
observarse a sí mismo si se carece de un PUNTO DE VISTA desde el cual
observarse.
Es preciso,
por así decirlo, salir fuera de sí para observarse a sí mismo —de otro modo se
es uno mismo tal como se es—. ¿Es claro?
EL AUMENTO
DE CONCIENCIA de uno mismo, que es el primer propósito del Trabajo, significa
adentrarse más en sí mismo, PARA VER así lo que está enfrente de sí mismo —esto
es, lo que se tomó como a sí mismo—.
Seguir este
rumbo, como es sabido, es adentrarse hacia los Centros Superiores, a través de
las partes superiores de los centros ordinarios.
Esta
dirección, que se logra por medio de una creciente observación de sí, lleva
lentamente a un acrecentamiento de conciencia tanto de lo que se es ahora como
de lo que se ha sido.
Todo ello
conduce a la única posibilidad de cambio.
AHORA BIEN,
ESTE PROCESO, ESTE HACERSE MÁS PROFUNDAMENTE CONSCIENTE DE SÍ MISMO Y VERSE
INCESANTEMENTE A SÍ MISMO A UNA LUZ ENTERAMENTE NUEVA, A LA LUZ DEL TRABAJO, ES
LLAMADO DESPERTAR.
Se asemeja a
avanzar en el interior de un territorio contra un enemigo donde aquí y allá hay
PUNTOS TENAZMENTE DEFENDIDOS a los que hay que rodear y que sólo pueden ser
reducidos lentamente.
Este
adentrarse en sí mismo es llamado en El Trabajo DESPERTAR.
Lo que El
Trabajo enseña aquí es muy claro y es preciso aprehenderlo.
Está
expresado también en los Evangelios, pero oscuramente.
El Trabajo
dice que ante todo el hombre ha de despertar.
Esto exige
largo tiempo.
Una vez que
ha despertado debe morir. (Morir en sus “yoes”).
Cuando muere
entonces puede re-nacer.
Hay tres
etapas en el re-nacer —esto es, en la transformación—.
No hay otro
camino.
EN NOSOTROS
EL BIEN Y EL MAL SÓLO PUEDEN SER VISTOS POR LA PERCEPCIÓN EMOCIONAL A LA LUZ
DEL TRABAJO.
Ahora bien,
esta noche deseo hablarles sobre la necesidad de las ideas del Trabajo en las
largas etapas del despertar, pues si no tenemos ideas desde las cuales
observarnos a nosotros mismos nos será imposible despertar del sueño inducido
por la vida desde hace tanto tiempo, desde la infancia.
El sueño
provocado por la vida ha sido formado por las ideas de vida en las que hemos
nacido, y para despertar necesitamos ideas provenientes de otra fuente.
No se puede
despertar de la fantasía con más fantasía.
Es preciso
encontrar un antídoto para la fantasía que nos permita despertar del poder que
ejerce sobre nosotros.
¿Cómo se
puede despertar de la vida por medio de la vida?
Cómo se
puede despertar de lo que la vida ha construido en uno mismo por medio del
ejemplo, la sugestión, la imitación, la imaginación, a menos que se tenga OTRO
SISTEMA DE IDEAS que no pertenezcan a la vida.
Como es
sabido, el sueño de la humanidad SE DEBE A UNA RAZÓN CÓSMICA y cada moda, cada
periodo de vida actúa sobre el Hombre.
SÓLO LA
ENSEÑANZA PUEDE DESPERTARNOS, sólo las ideas provenientes de aquellos que en
todas las épocas venciendo el hipnotismo de la vida han llegado a ser más
conscientes y han encontrado el camino que permite salir de la prisión donde
todos vivimos sin darnos cuenta de ello —la prisión del "hipnotismo
cósmico"— es prisión de nosotros mismos que fue establecida mecánicamente.
Ahora bien,
para liberarse de la prisión que la vida ha construido en nosotros por medio de
las ideas de todo lo que hemos imitado y absorbido, tal como se dijo, son
necesarias nuevas ideas, y por eso UNA NUEVA PERSPECTIVA.
La idea de
que no somos un solo 'Yo', sino muchos 'Yoes' contradictorios, es una de las
ideas de Trabajo que tienen su punto de partida en la puerta de la prisión
donde estamos confinados sin darnos cuenta de ello —y para empezar es preciso
darse cuenta de ello.
La idea de
que no es una unidad es una idea que está fuera de las ideas implantadas por la
vida en el hombre.
Empero, son
escasas las personas que pondrán en práctica esa idea aunque la hayan oído
muchas veces porque creen ser una sola y misma persona.
Más allá de
la prisión de nosotros mismos en la cual estamos confinados sin saberlo, hay
una serie de ideas que pueden conducirnos a la libertad una vez que se las
comprende correctamente.
Las ideas de
liberación que nos rodean fuera de la prisión se refieren a nosotros mismos y
no a las condiciones materiales.
ESTAMOS
RODEADOS POR IDEAS LIBERADORAS, YA SEA QUE LAS SINTAMOS O NO.
Si se tiene
un Centro Magnético, sentimos la existencia de las ideas liberadoras.
Pero a veces
creemos que están en alguna escuela distante, en el Tibet por ejemplo.
POR CIERTO,
LA ENSEÑANZA DE LAS IDEAS LIBERADORAS SE IMPARTE QUIZÁS EN ALGUNA ESCUELA
LEJANA, PERO SI FUERA A ESA LEJANA ESCUELA HALLARÍA QUE ESAS IDEAS LIBERADORAS
NO ESTÁN EN LA ESCUELA SINO QUE SU ACCIÓN ESTRIBA EN EL EFECTO QUE
EJERCEN SOBRE USTED Y LA RESPUESTA QUE USTED LES DA.
Las escuelas
—las escuelas esotéricas— nos transmiten ideas que pueden liberarnos.
Esas ideas
provienen de aquellos que se han liberado y ese conocimiento siempre fue
transmitido.
Pero las
ideas que enseñan SON SIMILARES a las ideas enseñadas por El Trabajo.
El Trabajo
enseña ideas liberadoras, pero la acción de dichas ideas no será efectiva a
menos que una persona REFLEXIONE sobre ellas Y SIENTA que debe
APLICARLAS A SÍ MISMA.
LA ILUSIÓN
de que existe una educación superior y que basta recibir su enseñanza para
alcanzar un nuevo estado ES MUY ERRADA.
No hay
posibilidad de redención para ninguna persona en esas escuelas de enseñanza a
no ser que APRENDA, COMPRENDA Y PONGA EN
ACCIÓN LA ENSEÑANZA QUE LE ES IMPARTIDA.
En los
Evangelios se dice: "El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán:
Helo aquí o helo allí, porque he aquí que el reino de Dios está entre
vosotros".
No es algo
que está fuera y a lo que basta unirse para ser liberado.
Cuando se
dice en los Evangelios que el Reino de Dios o el Reino de los Cielos está
dentro del hombre, se quiere decir con ello un estado en el que el hipnotismo
de la vida ya no obra más y que está investido de la influencia de ideas
provenientes de una fuente por completo diferente.
Maurice
Nicoll
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