miércoles, 11 de febrero de 2015

EL TIEMPO ES UNA DIMENSIÓN

EL TIEMPO ES UNA DIMENSIÓN

La idea es que el tiempo es una dirección que verdaderamente existe, una dimensión continente del mundo.

De ordinario pensamos que el mundo es una bola en el espacio.

Lo es, pero en un espacio de tres dimensiones y en el fragmento del tiempo que llamamos este instante, este momento presente.

Pero no puede ser así en un espacio de cuatro dimensiones.

Si pensamos que el tiempo es una dirección real, pero invisible, en la que todas las cosas tienen una extensión, es menester que haya otro aspecto de cuanto vemos y que esté contenido en tal dirección.

Desde este punto de vista el mundo no solamente existe en el co­nocido espacio del momento presente, sino que también existe en la di­mensión del tiempo mismo.

Hay un Mundo-Tiempo, o un mundo en el tiempo, o sea en un espacio de más dimensiones que las que registran nuestros sentidos.

Nosotros tocamos este espacio superior en un punto, y este punto es el momento presente.

Pero fuera de este punto momen­táneo y en el que el mundo visible se hace tan obvio a los sentidos, pare­ce que no hubiese nada más; al menos, así le parece a nuestro entendimiento natural; parece que damos con un vacío, que no hay ningún otro espacio o lugar o ninguna otra clase de habitación para la exis­tencia.

Los acontecimientos penetran en este diminuto punto del presente

¿De dónde vienen?

Si seguimos este tren de pensamiento veremos que vienen de la dirección del tiempo en si, y que el tiempo mismo se mueve a través de nosotros, o nosotros a través de él, y así se produce la ilusión del tiempo que pasa.

De suerte que a fin de poder pensar a “el tiempo en si” hemos de pensar en la dirección en que yacen los acontecimientos de ayer y de mañana.

Hemos de pensar acerca del mundo no solamente extendido en el espacio, sino que también extendido en la dimensión del tiempo, en otro espacio, en un espacio superior.

De esta suerte, todo cuanto vemos en el mundo de ahora es también algo que es parte del Mundo del tiempo.

También todo es una 'línea del mundo', en un espacio superior.

Nada hay que sea tan sólo un objeto tridimensional en el momento presente como parece serlo, según nuestra comprensión sensual.

Nuestras vidas son acontecimientos extendidos en este espacio superior.

Nuestra existencia perceptible es un aspecto de nuestra existencia, una fracción de ella, y el sentido usual que tenemos de nosotros mismos es tan sólo un caso particular de sus posibles formas.

Es evidente que al ajustar el espacio superior sobre el espacio in­ferior revertimos nuestra manera de pensar.

Nos relaciona con otra manera.

Desde este punto de vista, el impulso de los fenómenos visibles no crea fenómenos nuevos.

Los fenómenos nuevos son el resultado de la entrada de la cuarta dimensión al mundo de tres dimensiones de nues­tra experiencia, de la entrada del espacio superior al inferior.

Podemos pensar desde el punto de vista natural que nos proporciona los senti­dos, o desde un punto de vista completamente distinto y que se basa en la existencia de dimensiones superiores.

Uno responderá a cier­tas interrogaciones, y el otro a otra.

Uno nos relacionará con la vida de una manera esencial, y el otro de una manera distinta, de una manera adicional que nos proporciona puntos de vista que no podríamos derivar de una experiencia empírica.

Si aceptamos las dimensiones superiores, comprenderemos que la verdad no puede ser una y la misma en todos los estados de conciencia.

Se sentirá algo de aquella realidad relativa que mencionamos al describir el sistema de ERIGENA.

Maurice Nicoll



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