miércoles, 11 de febrero de 2015

LOS CENTROS

LEYES

¿Qué es un milagro?

Un milagro no puede ser sino la manifestación de ciertas leyes ignoradas o muy raramente conocidas por los hombres.

Un milagro, en este mundo, es la manifestación de leyes de otro mundo.

Sobre la tierra, estamos muy alejados de la voluntad del Absoluto; estamos separados de ella por 48 órdenes de leyes mecánicas.

Si pudiésemos librarnos de la mitad de estas leyes, nos encontraríamos sujetos a solamente 24 órdenes de leyes, es decir, a las leyes del mundo planetario y estaríamos un escalón más cerca del Absoluto y de su Voluntad.

Luego, si pudiésemos librarnos de la mitad de estas leyes, nos encontraríamos sujetos a las leyes del sol (doce leyes) y, por consiguiente, estaríamos aún un escalón más cerca del Absoluto.

Y si pudiésemos, una vez más, librarnos de la mitad de estas leyes, estaríamos entonces sujetos a las leyes del mundo estelar y separados solamente por un escalón de la voluntad inmediata del Absoluto.

Por lo tanto, para el hombre existe la posibilidad de librarse gradualmente de las leyes mecánicas.

El estudio de las 48 órdenes de leyes a las que el hombre está sometido no puede ser abstracto como lo es el estudio de la astronomía; no hay sino una manera de estudiarlas, esto es el observarlas en uno mismo y el llegar a librarse de ellas.

Al comienzo, un hombre simplemente debe comprender que él no tiene ninguna necesidad de permanecer esclavo de mil pequeñas leyes, fastidiosas, que otros hombres han creado para él, o que él ha creado para sí mismo.

Pero tan pronto intente librarse de ellas, verá que no puede.

Si hace largos y persistentes esfuerzos en esta dirección, éstos no tardarán en convencerlo de su esclavitud.

Estas leyes que tienen al hombre bajo su dominio, sólo se pueden estudiar luchando contra ellas, y esforzándose por librarse de ellas.

Pero se necesita un gran conocimiento para llegar a librarse de una ley sin crear en sí mismo otra en su lugar.

Los órdenes de leyes y sus fuerzas varían de acuerdo con el punto de vista desde el cual consideramos el rayó de la creación.

Ouspensky






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