LA NUEVA COMPRENSIÓN
IDEAS SOBRE EL TIEMPO
En conexión con la observación que el sentimiento de
eternidad entra en el recuerdo de sí y no lo hace en la observación de sí, es
preciso recordar algunas de las ideas sobre el tiempo que son concomitantes a
esta enseñanza.
Hay tres dimensiones visibles y accesibles y tres
dimensiones invisibles y por lo común inaccesibles.
Desde este punto de vista el mundo real tiene seis
dimensiones.
Debido a nuestros limitados sentidos sólo conocemos
un mundo de tres dimensiones que se mueve en el tiempo y éste es el mundo que
consideramos real —esto es,
como la realidad, como todo lo
que es o puede ser.
Fundamos nuestros pensamientos en este visible y
tridimensional mundo que se mueve en el tiempo.
Nuestra manera de pensar se modela sobre esta
realidad que es evidente a nuestros limitados sentidos.
Es, sin embargo, menester que cambiemos nuestra
manera de pensar si nuestra meta es el desarrollo en el nivel de ser o el
acrecentamiento de conciencia.
Esta enseñanza, como tantas veces se subrayó, se
propone hacernos pensar de una manera
nueva.
LAS IDEAS DEL TRABAJO………
Permítame que le pregunte: ¿ha empezado ya a pensar
de una nueva manera por medio de su contacto con las ideas del Trabajo?
NUEVAS CONEXIONES………
Para que esto sea posible es preciso que las nuevas
ideas cambien la mente, por cuyo medio se establecen NUEVAS CONEXIONES que
hasta ahora no fueron usadas.
De este modo realidades nuevas y más amplias de la
mente aparecen más allá de las estrechas realidades suministradas por los sentidos,
con un correspondiente acrecentamiento de conciencia.
Para decirlo en pocas palabras, se percibe más de lo
que se percibía antes, y esto en muchas direcciones insólitas.
No sólo el alcance y la aprehensión de la mente se
acrecientan, sino también la percepción de sí.
Por ejemplo, oír decir que está dormido y es
mecánico y que no se conoce a sí mismo son nuevas ideas.
Cuando se lo aplica en la práctica por medio de la
observación de sí, estas ideas establecen numerosas nuevas conexiones en la mente,
de hecho, hasta tal punto que toda la concepción y sentir de uno mismo empieza
a cambiar y un nuevo sí se hace perceptible, oculto y a alguna distancia tras
lo que hasta ahora creíamos que era la sola forma posible de ser uno mismo.
Ocupémonos de esta cuestión en lo tocante a las
dimensiones.
La cuarta dimensión es la del tiempo.
No vemos el tiempo ni nos vemos en el tiempo.
No vemos los tiempos-cuerpos de nosotros mismos o
de las cosas.
Creemos que el pasado está muerto.
Nuestra vida es una línea viviente en un tiempo
viviente.
Debido a nuestra relación con el tiempo, sólo vemos
un punto en el tiempo y luego otro y así sucesivamente, y los denominamos
momentos presentes.
Nótese que nuestros cinco sentidos sólo trabajan en
el momento presente, sólo registran el momento presente —ni el pasado ni el futuro—.
Discernirlo claramente es un punto de partida,
según mi parecer, para ser capaz de comprender algo sobre las dimensiones que
están más allá de los sentidos.
¿Acaso se da cuenta
claramente que sólo puede ver o tomar o saborear una manzana en el
momento presente?
No lo puede hacer hace un rato o dentro de un rato
—esto es, en el pasado o en el futuro—.
Así se ve limitado a esa cosa dudosa llamada el
momento presente, y todo lo demás lo llamamos pasado o futuro y lo contemplamos
como si careciera de existencia real.
Así limitamos toda existencia posible al momento
presente e imaginamos
que Dios sólo existe en él.
Esto es llamado en esta enseñanza, empero, un corte
transversal del tiempo, sin embargo
nunca estamos en contacto con ese huidizo momento presente dentro del cual
confinamos toda nuestra existencia.
Es real —empero es dudoso— no a los sentidos sino a la conciencia.
Nuestros sentidos nos ponen en relación con el
momento presente pero nuestra conciencia no lo hace.
No somos conscientes en este preciso momento de los
sentidos.
Es demasiado pequeño y demasiado rápido para tener
propiamente conciencia de él.
Nuestra conciencia que trabaja por encima de los
sentidos, es una cosa confusa y mezclada, compuesta de pasado, presente y
futuro anticipado.
Por medio de la memoria y de la imaginación tendemos
a vivir detrás o adelante del momento presente y no podemos estar dentro de él.
Por eso nunca estamos realmente en el mundo externo
tal como lo registran los sentidos.
Traducen las cosas por así decir como una sucesión
de fotografías que se suceden en rápido movimiento, como un film.
Sin embargo, por más extraño que parezca, cada
momento presente es eterno.
El momento presente está a la vez en el tiempo y en
la eternidad.
Es el lugar de encuentro del tiempo y de la
eternidad.
La eternidad penetra en cada momento presente en el
tiempo en movimiento, en ángulo recto con él.
Es por eso que, a veces, en un estado de recuerdo
de sí —esto es, en el tercer estado de conciencia— sentimos la eternidad.
Es por la misma razón que algunas cosas que están
en el pasado se destacan fuera del tiempo —a veces una cosa trivial—.
Esto se debe a que en cualquier momento, en
cualquier momento ordinario de tranquilidad que no tiene nada que lo
singularice de los otros, penetra la dimensión de eternidad y “por casualidad”
tenemos conciencia de ello.
La relación del tiempo con la eternidad es representada
primero por el diagrama:
La línea
horizontal representa el tiempo —la cuarta
dimensión—.
LA QUINTA
DIMENSIÓN………
Las
líneas verticales representan la quinta dimensión que entra perpendicularmente
en todo momento en cada parte del tiempo.
O, más
sencillamente, el tiempo y la eternidad pueden ser representados por la cruz
El hombre
está a la vez en el tiempo y en la eternidad.
La
eternidad es perpendicular al tiempo —y esta es la dirección del recuerdo de sí— el sentir que se tiene de uno
mismo ahora.
Cada
ahora es eterno.
LA
AHORIDAD DE YO MISMO………
Para
recordarse a sí mismo el sentimiento de ahora debe entrar —yo aquí ahora-, -yo mismo ahora- yo
distinto del pasado o del futuro —la
ahoridad de yo mismo - yo ahora—.
LA
ETERNIDAD ESTÁ SIEMPRE EN EL AHORA………
Y si el
acto tiene éxito conocerá por sí mismo que la eternidad está siempre en el ahora y puede ser experimentada como
un sabor diferente del tiempo.
EL AHORA………
Es de
advertir que ya no hablo más del momento presente registrado por los sentidos,
sino de ahora, de esta experiencia interna que puede dar en realidad el
recuerdo de sí.
Lo más
real de si está en la eternidad —no en el tiempo—.
El
recuerdo de sí está fuera del tiempo y la personalidad.
No es de
sorprender que el recuerdo de sí puede suscitar un sentimiento enteramente
diferente que el que nos procura nuestra relación con el apresurado, ansioso
tiempo.
La
esencia, por ser eterna, carece del sentimiento de personalidad que sólo está
en el tiempo.
Pensar
desde el tiempo no produce un verdadero sentimiento de uno mismo, o más bien
da un sentimiento equivocado —nuestro
sentimiento habitual de nosotros mismos—.
Este es
nuestro habitual sentido de nosotros mismos.
No cuesta
nada darse cuenta de cuan incompleto es.
¿Por qué
las gentes actúan como lo hacen?
Porque no
se sienten a sí mismas correctamente.
Ya sabemos
que el trabajo nos enseña que fuimos creados como un experimento —como organismos capaces de
desarrollo propio— y por lo
tanto comprendemos por qué nos sentimos incompletos y por qué un hombre,
moldeado únicamente por la vida —esto es,
que sólo tiene su adquirida personalidad activa— ha de sentirse siempre incompleto, inacabado, y así
internamente impotente.
No es la
fuerza de vida la que está en el tiempo, la que es capaz de hacer que la
personalidad sea pasiva —¿cómo podría
serlo, cuando es la fuerza que lo hizo?—.
Sólo otra
fuerza proveniente de otra dirección puede hacer que la Personalidad sea pasiva y alimentar a la esencia
-la parte eterna en nosotros—.
Entonces
se comienza a ver que toda la enseñanza esotérica debe tener la calidad de eternidad,
y siendo así desarrollar la esencia, que es eterna.
A lo lago
de todo el tiempo, a lo largo de todas las edades, la enseñanza esotérica sigue
siendo la misma.
Siempre
dice las mismas cosas.
Siempre
enseña las mismas cosas.
Está por
encima del tiempo y no cambia.
Es la
eternidad en el tiempo —y así habla siempre de la vida eterna-.
Retornando
a nuestro tema: la cuarta dimensión del tiempo contiene nuestra vida entera.
La experimentamos
un instante tras otro.
Anda de
prisa y es siempre detenida por el sentimiento de ahora.
Si nuestra
vida se extendiera en esa dimensión, inaccesible a nuestros sentidos, está toda
allí —en esa
invisible dimensión—
Por esta
razón todo lo que hacemos ahora afecta tanto el pasado como el futuro de nuestra
vida.
LA NO
IDENTIFICACIÓN………
El acto
de no identificación hecho ahora influye
tanto su pasado como su futuro.
Las
relaciones que tuvo con las gentes en el pasado cambiarán, por medio del
trabajo sobre sí realizado ahora.
No sólo
cambiará su propio pasado, sino posiblemente el de aquellas gentes.
Como esto
es muy difícil de captar regresaré al comienzo de este comentario donde se dijo
que para cambiar nuestro Ser y acrecentar la conciencia necesitábamos nuevas
ideas además de las que nos procuran nuestros sentidos.
Se dijo
sucintamente que mientras nuestro pensar sólo se base en la evidencia de los
sentidos, la mente no puede pensar diferentemente y no se pueden establecer
nuevas conexiones.
Me dirán
que el pasado está muerto, acabado, terminado —-tan sólo porque no es
registrado por nuestros sentidos—.
Si lo
hicieran, pensaría de un modo muy diferente, pero como no lo hacen, dirá que la
idea que la vida pasada existe en realidad es un disparate.
Es un
"disparate", porque los sentidos externos no la registran, puesto
que sólo pueden registrar el momento de tiempo llamado el presente.
Las
dimensiones superiores no son realidades para los sentidos externos, sino que
lo son para los sentidos internos.
Por
ejemplo, mi vida entera puede ser vista internamente en cierto estado de
conciencia.
¿Por qué?
Porque
está allí.
¿Dónde?
En el tiempo.
¿Y mi
futuro?
Está
también allí, en la dimensión que experimentamos como tiempo a través del cual
nos movemos.
Entonces,
¿estoy predestinado?
SÍ y No,
porque hay muchas líneas paralelas de tiempo semejantes a alambres
telegráficos y se puede estar en uno u otro según el propio estado interior.
Si goza
de sus emociones negativas seguirá una línea, y la más baja.
Elevándose
en movimiento vertical uno se eleva y sigue otra línea paralela por medio de
la no identificación y por medio del recuerdo de sí —en suma, mediante el trabajo— que entra perpendicularmente en
el tiempo y así está siempre verticalmente por encima de usted, sea cual fuere
la línea que sigue, y nunca en el futuro, porque el futuro está en el tiempo
horizontal.
Se podría
hablar del futuro vertical, empero, para distinguirlo del futuro horizontal.
Si el Ser
se desarrolla, la dirección que sigue es vertical.
Se ve la
propia vida diferentemente.
El Ser
superior está por encima del Ser
inferior.
En ese
momento puede acompañar los "yoes” que están por debajo de usted o no.
Puede
estropear silenciosamente algo en usted o puede no hacerlo.
Puede
decirse algo o puede no decirlo.
Todo
permanecerá en el cuerpo-tiempo, pero en diferentes niveles, según su calidad.
Toda la
vida está allí —en el
cuerpo-tiempo—.
Pero
trabajando ahora, las cosas pueden ser cambiadas en el pasado y el
cuerpo-tiempo puede ser conectado de una manera diferente —así como se puede
anudar trozos de una cuerda larga y flexible para acortarlo, y alargar otros—.
Cuando
sentimos que todo el pasado está allí y viviendo en la dimensión del tiempo
viviente, nuestro sentido de nosotros mismos se modifica.
Por
cierto, la modificación es muy grande, al comprender primero que el tiempo que
pasa no revoca nada y segundo que ahora se pueden cambiar las cosas en el
pasado —no por
medio de inútiles “remordimientos”, sino por un activo trabajo sobre nosotros
mismos—.
No
estamos conectados a un pasado muerto sino a un pasado viviente.
Cada acto
de trabajo vibra a través de todo el cuerpo-tiempo y modifica las cosas en
él.
Puedo
actuar ahora sobre mi pasado.
Puedo
cambiar mi conducta de hace treinta años.
Más
tarde, hablaremos sobre la recurrencia, sobre el volver a entrar una vez más
en nuestra vida y hallar quizá que algunas cosas fueron cambiadas, para que
así podamos despertar más temprano.
En el
comentario anterior se dijo que el sentimiento de eternidad entra en el
recuerdo de si pero no en la observación de sí.
Nos
observamos a nosotros mismos en el tiempo que pasa.
Observamos
a la personalidad que se ha formado en el tiempo que pasa mediante la acción de
la vida.
Observamos
los diferentes "yoes" que aparecieron en diferentes períodos de
tiempo, principalmente a causa de la imitación.
La
esencia no pertenece al tiempo transitorio.
No es una
cosa temporal.
Al
recordarse a sí mismo no se recuerda la personalidad sino algo que es anterior
a ella y que está en la dirección de la esencia y sólo se puede alcanzar por
medio de ella.
Para
recordarse a sí mismo en la personalidad habría que fortalecerla es decir
"esto es yo” en lugar de "esto no es yo”.
Si se
dice yo a la cosa equivocada se acrecienta su poder sobre uno mismo.
Entonces
no puede separarse uno de ella.
La vida
hace que nos identifiquemos con la personalidad.
Naturalmente,
hace que identifiquemos con lo que
ha creado ella misma nosotros.
El
Trabajo se propone que dejemos de identificarnos con lo que la vida ha creado
en nosotros con lo que ahora nos está haciendo.
Recordarse
a si mismo, invocar el más puro, más sutil sentimiento de yo EN CONEXIÓN con
algún aspecto prominente de LA PERSONALIDAD equivaldría a identificarse aún más
con lo que la vida ha formado en torno de la esencia.
Equivaldría
a quitar la pintura con pintura.
El más
puro, más sutil, más luminoso y total sentimiento de yo se oculta tras el
múltiple sentimiento de la personalidad, y su bullicio de ambiciones,
ansiedades, violencia y negatividad.
En ese
sentimiento de yo a que me refiero, el sentimiento de eternidad entra a cada
instante de tiempo, pero en una dirección que nunca podremos hallar mientras
estemos totalmente identificados con la personalidad.
Mientras
la personalidad está en completa actividad, el camino permanece cerrado.
La
personalidad nos dirige hacia el tiempo —hacia el tiempo transitorio— esto es, la vida.
Diagramáticamente,
la dimensión de eternidad entra en ángulo recto en la dimensión del tiempo.
A medida
que el sentimiento de tiempo se acrecienta por observación de sí y empezamos a
tomar fotografías-tiempo de nosotros mismos —esto es, bosquejos de los "yoes" en prolongados períodos— disminuye EL
HIPNOTISMO DEL MOMENTO PRESENTE registrado por los sentidos.
EL “PRESENTE”………
El
"presente" ya no está más confinado al instante —sino que se extiende gradualmente
a toda nuestra vida, a medida que se expande la conciencia—.
Empezamos,
de hecho, a comprender el tiempo viviente —esto es, empezamos a comprender que nuestra vida
está en la invisible dimensión del tiempo y ya no estamos más confinados en las
instantáneas de tiempo registradas por nuestros sentidos—.
El pasado
está viviendo en su propio presente —y está cambiando—.
¿Cómo
puede cambiar?
Porque
llega a nuestra conciencia.
La
conciencia es la luz: la luz transforma todo.
Encerrados
en la prisión de nuestros sentidos no creemos en otras dimensiones que en las
del espacio que nuestros sentidos muestran.
¿Cómo, si
tan sólo creemos en lo que vemos, cómo podremos alguna vez desarrollarnos?
¿Cómo
podremos tocar centros que son suprasensibles?
¿Cómo
podremos experimentar un cambio de mente —la primera etapa en el desarrollo que, según lo
enseñado por el esoterismo, es el significado del hombre—?
Si cree
que no hay nada tras las escenas de la vida visible y que la Naturaleza se ha
creado a sí misma, ¿cómo puede recordarse a sí mismo?
Si cree
que es solamente su cuerpo visible y que deja de existir con él, ¿cómo puede
recordarse a sí mismo?
Cuando el
trabajo dice que la esencia desciende de las estrellas dice algo que puede modificar
su vida.
El origen
de la esencia es perpendicular al tiempo.
Nuestro
origen no está en el tiempo —en el pasado—.
Esta es
una idea extraña.
Pero es
una idea necesaria.
Cambia la
mente y esta es la primera cosa necesaria.
Empezamos
a pensar de una manera nueva —y tanto
es lo que hay que pensar de una manera nueva— y regresarnos, a la propia vida, y cambiarnos.
Se puede
ver la propia vida de una manera muy diferente —pero no se puede hacerlo si no
se comprende que está viviendo y es afectada por todo lo que ahora hacemos y
comprendemos—.
UNA NUEVA
COMPRENSIÓN………
Una nueva
comprensión es la fuerza más poderosa que nos es dable crear en el trabajo.
Proviene
de ideas nuevas.
Esta
fuerza de LA NUEVA COMPRENSIÓN no sólo modifica el futuro sino que modifica el
pasado.
El
cuerpo-tiempo entero de una persona está en conexión reciproca, del mismo modo
que la punta de un bastón está conectada con la otra punta.
Basta
golpearlo en cualquier punto y vibra a todo su largo.
Pero el
cuerpo-tiempo no es recto.
Es un
círculo que no se cierra completamente.
Esto nos
trae la eterna recurrencia.
Se nos
enseña que si no "trabajamos" sobre nosotros mismos la vida se
repite exactamente como antes.
Nada se
modifica.
¿Por qué?
Porque no
hemos modificado cosa alguna en nosotros mismos.
¿Qué
significa modificar algo en uno mismo?
Quiere
decir que la esencia crece.
Si la
esencia crece no atraerá la misma vida en la recurrencia.
En el
trabajo el término "desarrollo" significa un nuevo crecimiento de la
esencia.
Esto sólo
puede tener lugar si alguna manifestación de la personalidad deja de ser activa
a través del poder del trabajo.
Un hombre
ve, por medio de la luz del trabajo y de su comprensión del mismo, algunas manifestaciones
negativas de sí mismo, digamos.
Por medio
de una observación más profundizada lo ve cada vez más plenamente,
extendiéndose a lo largo de su vida.
Deseando
trabajar sobre si mismo —esto es,
valorando el trabajo práctica y no sentimentalmente— EMPIEZA A SEPARARSE DE “ELLO”,
por así decirlo, a sangre fría —deliberadamente—.
Cuando
siente que está cerca de los "yoes" que lo llevan a dicho estado, a
ese mal lugar psicológico en sí mismo, ya no se identifica con aquellos
"yoes" negativos en el lugar en que siempre existen.
Si siente
que se está acercando demasiado a ellos
se recuerda si mismo y cuando sienta el
trabajo —esto es,
cuando está en presencia de su si más real y lo que ha comprendido— recuerda las observaciones que
realizó antes sobre su estado negativo y los instantes de introspección que
tuvo y lo que comprendió del significado del trabajo y por qué él mismo está
trabajando.
De este
modo fortalece su propósito.
Se ha
dado el primer choque consciente y así crea nuevos hidrógenos, una nueva
fuerza.
Con esa
nueva fuerza que ha creado su poder de no identificarse se acrecienta.
Ahora
bien, esta clase de trabajo, que va en contra de una u otra manifestación de
la personalidad, produce las condiciones correctas para el crecimiento de la
esencia.
Tiene
lugar necesariamente una lucha en cada etapa de este crecimiento.
Si la
personalidad logra la victoria no hay crecimiento alguno.
La
personalidad y la voluntad de sí absorben esta fuerza y permanecen activas y
la esencia nada logra y así se queda pasiva.
Por eso debemos ser tentados.
Rogamos
para no caer en la tentación y ser librados del mal, de la personalidad.
Aquí es
preciso pensar individualmente.
La lucha
se entabla entre lo que es irreal y lo que es real.
Pero en
ésta lucha tan solo la luz del trabajo —esto es, la fuerza y la iluminación que nos llegan
del hombre consciente en la forma de enseñanza esotérica, tal como el trabajo
que estudiamos— es la que puede separarnos de la personalidad.
Esa
fuerza contrarresta la fuerza de la vida.
Se inicia
la lucha en el hombre.
Maurice
Nicoll
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